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[vc_column_text]¿Alguna vez te han dado una noticia que ha puesto toda tu vida del revés en un segundo?
Exactamente eso me sucedió a mí. Un día al ir al médico por algo que yo creía sin importancia, me detectaron un cáncer, así, de golpe, sin avisar.
Tras comenzar a digerir la noticia y reflexionando un poco me di cuenta que tenía dos vías, o me hundía pensando en todo lo que se me venía encima o me arremangaba bien, ponía una sonrisa y me decía a mí misma y al mundo ¡vamos a por ello! Y opté por la segunda.
Fue un año de muchas celebraciones y momentos duros, de grandes alegrías al lado de la gente que me quiere y de alguna decepción, de muchas conversaciones profundas y de algunas más superficiales (¡benditas ellas!)… y si alguien me preguntase si fui feliz con un cáncer la respuesta sería sí, rotundamente sí.
No todos los días estuve contenta, ni todos los días fueron fáciles pero fui feliz. Y lo conseguí gracias a mis habilidades y destrezas personales y profesionales, algunas innatas y otras aprendidas a lo largo de toda mi formación (soy diplomada en Trabajo Social, tengo un Máster en Educación Socioemocional y soy coach profesional). Mucho tuvo que ver toda la red de apoyo tejida a mi alrededor (familia, amigos…) y tanto o más que decidí en un acto consciente como lo quería vivir. No elegimos lo que nos ocurre pero sí podemos escoger cómo lo vivimos, aunque no sea fácil.
Al finalizar el proceso, tuve claro que todo lo aprendido sólo cobraría de verdad sentido si lo ponía al servicio de cualquier persona que lo necesite.
Que lo pasado (lo bueno y lo malo) habría valido de verdad la pena si ayudaba a otras personas.
Y en ello estoy.
Acompaño a personas en sus Vuelos de vida sin motor. Nos enfocamos en solventar esas dificultades que encontramos cuando queremos conseguir cualquier nueva meta o reto. Son procesos de motivación y apoyo para conseguir lo que nos proponemos, para aprender a jugar a este juego llamado Vida.
SELENE GALVEZ • COPILOTO EMOCIONAL
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